jueves, 19 de abril de 2012

"LA OBRA " de José Guerrero

                                                       
   Se bajaron las persianas de la casa y todo se vino abajo, volviéndose negro, descorazonador, y se le reflejaban en el rostro los años que había vivido entre aquellas cuatro paredes, hecho polvo, con una especie de cáncer incrustado en las entrañas.
   Al meterse el hombre en la ímproba tarea de reformar la casa, no encontraba la forma de levantar cabeza, porque sentía sobre sus hombros una carga demasiado onerosa, como si tuviese que transportar él solito todos los ladrillos, la mezcla, las baldosas y demás enseres,  y no inhalaba los aromas idóneos para configurar su espíritu, y vestirse de un hombre nuevo, una criatura que pensase con el cerebro, con dos dedos de frente, realizando lo más razonable en la vida, porque, al fin y al cabo, obras son amores y no buenas razones.
   A veces, con no poco esfuerzo, resurgía de las cenizas,  y alzando el vuelo de las emociones trataba de enderezar el rumbo y alegrarse de alguna manera por la obra que había emprendido, que tampoco era para tanto, una simple reformilla, pero no se sabe qué ocurría, que a la vuelta de la esquina hincaba el pico, tal vez porque en su fuero interno lo concebía como el trasunto de los pasos que a través del tiempo le habían desviado del itinerario, yendo a caer en unas indefensas paredes vitales, volubles, que le volvían la espalda, no prestándole el abrigo necesario a la frialdad que respiraba.
   En ocasiones, entrando en razón, calculaba que no era contraproducente poner en práctica el dicho tan sabio, renovarse o morir, y como estaba más muerto que vivo, la obra le vendría como agua de mayo, y, aplicándose el cuento, flotaría gozoso y feliz, y no sería arrastrado por turbias inercias; por ende, ante la efervescencia que le hervía en el cráneo, con el fin de despejarse y ahogar los malos augurios, lo metió en el frío chorro de agua que brotaba del grifo en aquel crudo invierno, con objeto de ahuyentar los hirientes parásitos que se le habían ido acumulando a lo largo de la convulsa existencia.
   En el fragor de la reforma, el hombre, un tanto alicaído y harto de tanta entrevista, consulta, pareceres y presupuestos con los especialistas del ramo, tales como, arquitectos, albañiles, carpinteros, electricistas, fontaneros y proveedores de material de construcción, empeoró de repente sobremanera, sintiéndose imposibilitado y perdido en un largo túnel, y le asaltaban en sueños terribles pesadillas a cerca de su futuro, si algún día vería la luz por algún resquicio, al igual que el fin de la obra, antes de que la obra acabase con él, y le pusieran el epitafio, Finis coronat opus, estando criando malvas, y el hombre rugía furioso farfullando, y ya para qué.
  
Jose Ruiz
11/04/2012
Tema: la obra

"A VOLAR" de José Guerrero Ruiz

                                               
  

 
   No se sabía lo que se amasaba en la vida de Lucio, sobre todo desde el último verano, acaso fuera  por la pérdida de un amigo, y permanecía anclado en el mes de julio, y no había forma de que echase a volar por otros horizontes, en busca de nuevas amistades, que llenasen el vacío del amigo.
   Desde que tenía uso de razón, Lucio era consciente de que la vida sigue, y sin embargo en esos momentos miraba sin mirar hacia ninguna parte, hacia la nada, no encontrando un acicate que le empujase a navegar. Los tormentos arreciaban a finales de enero, a lo mejor porque el mes de febrero le reportaba funestas remembranzas de la época dorada, cuando estaba perdidamente enamorado de Angelitas, hasta el punto de que se pasaba las noches en vela, queriendo verla cuanto antes, y debido a las ansiosas expectativas intentaba arañar horas a la noche, y las descascarillaba a mordisco limpio.
   Con semejante medicina se recompuso Lucio, y evocaba, un tanto desangelado, aquellos años que se le pasaron volando, paseando con su amor por el parque, la playa o el campo. Pero con el paso del tiempo el amor se fue desinflando, quizá de modo prematuro, pero la herida seguía abierta.
   En ésas andaba, cuando ella emigró con la familia a los mares del sur, teniendo lugar una triste y bronca despedida, y al poco de la marcha, la lejanía hizo de la suyas, la ternura de su imagen, la sonrisa y las inquietudes de Angelitas se diluyeron como el azucarillo en un vaso de agua, al perder todo contacto con ella, desconociendo el paradero.
   Tales añoranzas juveniles le sobrevenían casi siempre en el mes de febrero, tal vez por la costumbre, acuñada en el cerebro y en el espíritu, de considerarlo como el mes por antonomasia de los enamorados, y era por ello que, en tales calendas, se sentía más desprotegido y vulnerable que nunca, ávido de cariño, y se le acentuaban en exceso las carencias, actuando como un pobre pajarillo muerto de miedo en el nido, con el pico abierto aguardando el sustento, una brizna nutritiva, una carantoña, algo que le mitigase el hambre del cuerpo y del alma, y seguir vivo, y de esa guisa volar bien alto cuanto antes.  

Jose Guerrero Ruiz

22/02/2012
Tema: A volar

lunes, 16 de abril de 2012

"EL MIRADOR DE LA ALBERQUILLA" de Ildefonso Gómez Sánchez


El mirador y la playa de la Alberquilla
     
    Manfred estaba encantado con la casita que había alquilado en "El mirador de la Alberquilla", a las afueras de Nerja, en la pedanía de Maro. Por fin pasaría unas buenas vacaciones al calor del sol del Medirerráneo.
      Un amigo le recomendó que visitara la Costa del Sol oriental, pues estaba menos masificada y podría encontrar aun lugares casi virgenes. Navegó con Google Maps y se quedó prendado del paisaje de la zona y de los comentarios que veía en las páginas webs de las agencias de viaje. "El mejor clima de Europa.", "El único clima tropical en el continente europeo." Aún se podían ver pequeñas plantaciones de caña de azúcar, que poco a poco iban perdiendo terreno gracias al boom inmobiliario. Al pie de un acantilado se veía una casa coqueta y con unas vistas de ensueño. El lugar perfecto para sus vacaciones.
      Unos meses antes, Manfred se puso manos a la obra y mandó correos a diversas agencias inmobiliarias preguntando por esa casita. Todas las agencias le proponían casas de lujo en las urbanizaciones de Capistrano, Punta Lara y Frigiliana; pero él sólo estaba interesado en esa casa.
      Un día, a la hora de la cena, se dispuso a leer el correo, con la esperanza de encontrar ese correo que ansiaba leer. Asunto: Casa del Mirador de la Alberquilla. Con poca emoción abrió el correo. Seguro que sería otra oferta, como ya venía siendo habitual. Su corazón se desbordó de la alegría y su rostro se iluminó con la mejor de las sonrisas. Estaba libre durante los últimos diez días del mes de febrero. Por fin podría disfrutar de unas vacaciones en ese lugar de ensueño y tan cerca de Nerja. Hizo las gestiones con Amadeus Travels y consiguió un billete de avión "lost coast".


     "En breves momentos vamos a aterrizar en el aeropuerto "Pablo Ruiz Picasso" de Málaga. La temperatura es de diecisiete grados centígrados. En estos momentos está lloviendo y hay ráfagas de viento a treinta kilómetros por hora", anunció la azafata por la megafonía del avión.
       - Bien empiezo- pensaba Manfred- pero en Nerja casi nunca llueve.
        Salió de la terminal 3 del aeropuerto en dirección a la parada de taxis, donde hacían fila algunos turistas que como él acaban de llegar. La sensación térmica era desapacible. El taxista se dirigió a él y le tomó la maleta y una bolsa de viaje y las metió en el maletero. Ya dentro del taxi Manfrad le dijo al conductor :
      - A Nerja, por favor. Mirador de la Alberquilla, en la carretera 340, dirección Maro.
       Una lluvia torpe, racheada por el viento, golpeaba los cristales del coche.
      - Llevamos unos días muy malos con la lluvia, se fue el anticiclón de las Azores y no ha parado de llover, dijo el conductor del taxi con lentitud, intentando pronunciar lo mejor posible.
       Manfred no dijo nada, apenas entendía lo que le había dicho el taxista. Era optimista por naturaleza y pensó que todo lo que mal empieza, bien acaba. Serían unas buenas vacaciones.


Ildefonso Gómez Sánchez
11/01/2012

Tema: En Nerja casi nunca llueve.




sábado, 14 de abril de 2012

"PELOS" de Haydée Acosta Godoy

      
        Tan hermosos, cuando brillan y ondean al viento en forma de melena, como repugnantes cuando se encuentran nadando en una sopa o entrelazados en un plato de spaguettis como un amante inoportuno.
       Pelos que se enredan, pelos que crecen más con luna llena, pelos que caen en otoño, pelos que encanecen con la edad.  Pelos que describen al dedillo aquellas cosas a las que prestamos atención (estos nunca están solos, son siempre "pelos y señales"). Pelos tirantes en la coleta o la trenza, cuando iba al colegio.
         Menuda pelambrera de palabras unidas por los pelos.
Haydée Acosta Godoy

 2/ febr. / 2011

"LA PAUSA" de Haydée Acosta Godoy



Fotografía  de András Gimesi (Hungría)


      Hay que cesar, hay que detenerse a sentir y expresar.  Así creamos el tiempo de conocer y comprender.
      Así crecemos en nuestro interior y compartimos en nuestro mundo real.
      La pausa es el instante de lucidez de la rebelión.  Es el talismán del tiempo que tenemos para descubrirnos.
Haydée Acosta Godoy

Tema: Pausa
  19 / oct. / 2011

"LA DUALIDAD" de Haydée Acosta Godoy


    
     La dualidad, las dos caras de una misma moneda, lo que somos interiormente y el aspecto que ofrecemos hacia el exterior.  Así descansa el equilibrio del Universo sobre el libro sagrado de la vida.
     Dos miradas : el sueño y la vigilia, la realidad y la ficción, el espíritu y la carne, el ancestro y el porvenir ; mientras el fuego de la inspiración, consume a un tiempo la idea y la palabra.

Haydée Acosta Godoy
Tema: Dualidad
 14/ dic, / 2011

"EN EL AIRE" de Haydée Acosta Godoy


      De aquí para allá, nada es definitivo.  Todo, hasta lo cotidiano y rutinario, tiene un punto de imprecisión y eventualidad. Tal vez mejor sería dejarse llevar así, como hoja en el viento, sin puntualidades ni protocolos ni planes fijos. Total, todo es tan precario como el deseo, como el después y el mañana.
      El aire para respirar y respirar para vivir.


                                    En  el  aire  los  suspiros
                                    En  el  aire  los  designios
                                    Cometa que alzas el vuelo
                                    y caes entre cañaveras.

Haydée Acosta Godoy

Tema: En el aire
 19 / oct. / 2011

lunes, 2 de abril de 2012

"LA HOMEOPATIA" de Haydée Acosta Godoy


    
     El cuerpo es el lenguaje natural del alma. El ser humano, en tanto su evolución, es agua, tierra , aire, es animal y ángel; y menos se resista su naturaleza a su propio ser, más perfecto es su equilibrio y su salud.
     La homeopatía es el espejo de la enfermedad ; ella lucho desde fuera, con las mismas armas que el mal ataca desde dentro.

Haydée Acosta Godoy
Tema: homeopatía
  2/ febr. / 2011

"LA RISA" de Haydée Acosta Godoy

     

      Debería ser obligatoria. Está comprobado que armoniza y eleva el tono vital y parece que alarga la vida.
Claro que a veces, cualquiera ha tenido la tentación de haber borrado de un sopapo alguna risa en rostro ajeno.
      La risa es por sí misma, impertinente. Asalta de manera burlona y comprometedora cuando menos lo esperas.
     Porqué si no, se manifiesta sin avisar en medio de un dolor ajeno, ante la caída o situación trágica  de alguien, o hasta en un velorio. Cuando la risa sale sin más, como una nota a destiempo, con desenfreno, sin control , no es de alegría, que va! Es por una descompensación emocional, por una inhibición fugada de la cárcel de la cordura, o por puro colocón natural de las endorfinas.  Pero si reír contagia alegría y cura el espanto, bendita sea la risa.

Haydée Acosta Godoy
 
Tema: La risa
6/ abril / 2011